Al comenzar la ceremonia eclesiástica, los novios viven uno de los momentos más intensos y emotivos de toda su historia juntos.
Con el corazón latiendo con fuerza, los nervios y la emoción se entrelazan en una mezcla de alegría, expectativa y amor profundo. Sus miradas se buscan, se encuentran y se aferran, sabiendo que están a punto de dar un paso sagrado que marcará el inicio de un nuevo camino como esposos.
Cada palabra, cada gesto, cada suspiro dentro de ese espacio lleno de espiritualidad y solemnidad, cobra un significado especial. Es el instante donde los sueños se hacen promesa, donde la vida se alinea con el amor y todo lo que fueron hasta ese día se transforma en lo que serán juntos.
En esa caminata hacia el altar, no solo avanzan físicamente, sino que lo hacen con el alma, compartiendo una emoción que solo ellos dos pueden entender.
